miércoles, 25 de septiembre de 2013

La vuelta a la hoja

"…pero tus obstáculos fueron un duro rival y quebraron mis alas de cristal."

En ese momento dejó de escribir y se quedó pensando, mirando hacia ningún lugar. El bullicio de la gente lo escuchaba lejano, como si no tuviera a todas esas personas a escasos metros de él, en el mismo lugar. Aún no estaba seguro si era buena idea mandar esa carta una vez terminada. Ni siquiera estaba seguro si fue buena idea comenzar a escribirla porque aunque ese capítulo de su vida fue doloroso, ya había pasado. Ya no sentía lo mismo por ella desde hace años. Su vida se había llenado de muchas cosas y para eso primero tuvo que vaciarse poco a poco de ella. No la odiaba. Ya no. Es más, en el fondo deseaba que ella estuviera bien, pero en su carta expresaba lo contrario.


"No sé si tenga que pedirte una disculpa por atreverme a escribirte esta carta. No sé qué haya sido de tu vida pero no quise quedarme con el sentimiento que he venido cargando desde hace tiempo. Tengo que reconocer que he hecho muchas cosas mal tiempo atrás, y hoy me están atormentando... "


Era la segunda vez que volvía a leer las primeras líneas de la carta. Sentía curiosidad por saber qué había sido de su vida pero también sentía algo de lástima puesto que expresaba que no la estaba yendo nada bien. Notó que ya había menos gente en la cafetería, tomó la pluma y siguió escribiendo.

Ya había sanado de ella y así se lo escribió. Afuera la tarde estaba cayendo y se acordó de cuando él había caído aquella tarde ya lejana, ya borrosa, aunque también ya resuelta. Ya todo quedaba en recuerdos de un capítulo más en su vida. Recordó ese otoño, ese parque, el color de ese cielo, la lluvia que nunca cayó, el amanecer sin esperanza, las palomas que acompañaban; los intentos, los tropiezos, los puntos finales. Sonrió ligeramente, quizás con un poco de tristeza. No por él. Por ella. Estaba arrepentida y muy triste. La vida le había cobrado muchas cosas y estaba muy arrepentida de no haberlo valorado cuando tuvo su corazón en sus manos. Él siempre supo que ella no era una mala persona y que también en su tiempo le dolió no haber llevado la relación por buen camino. Ahora le pedía perdón. Él se disponía a finalizar la carta.

"Hoy esa época de mi vida la puedo recordar sin resentimiento alguno. Tampoco me pongo a pensar en lo que hubiera pasado si las cosas hubieran sido distintas. Así fue, así lo afronté, y así le di la vuelta a la hoja. Algo bueno tuvo que haber salido de todo aunque no sepamos con certeza qué. Si me pides que te perdone, te perdoné hace mucho, más por mí que por ti. Ahora solo puedo desearte que encuentres paz y seas feliz. Yo ya encontré mi felicidad. Espero lo mismo para ti, de corazón..."


4 comentarios:

  1. Todos los "NO" en la vida, son regalos de Dios que después comprendemos con el tiempo.
    Te amo, Chris.

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  2. Cuando te conocí entendí todas esas cosas que pasaron y las que no pasaron, y de alguna forma lo agradezco. Mi presente eres tú, y quiero que siempre seas tú. Te amo.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Y x un enlace de Facebook llegué a estas historias!!! Un gusto saber que estás bien!!! Felicidades Christian.

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